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martes, 14 de noviembre de 2017

El valor de hacer las cosas


 El esforzado oficio del que ejecuta lo que le piden, el valor de hacer las cosas...



" (...) Porque si va á decir verdad no hace menos el soldado que pone en ejecucion lo que su capitan le manda, que el mismo capitan que se lo ordena. Quiero decir que los religiosos con toda paz y sosiego piden al cielo el bien de la tierra; pero los soldados y caballeros ponemos en ejecucion lo que el los piden, defendiéndola con el valor de nuestros brazos y filo de nuestras espadas; no debajo de cubierta, sino al ciclo abierto, puestos por blanco de los insufribles rayos del sol en el verano, y de los erizados hielos del invierno. Asi que somos ministros de Dios en la tierra, y brazos por quien se ejecuta en ella su justicia. Y como las cosas de la guerra y las á ellas tocantes y concernientes no se pueden poner en ejecucion sino sudando, afanando y trabajando excesivamente, síguese que aquellos que la profesan tienen sin duda mayor trabajo que aquellos que en sosegada paz y reposo están rogando á Dios favorezca á los que poco pueden. No quiero yo decir ni me pasa por pensamiento que es tan buen estado el de caballero andante como el del encerrado religioso; solo quiero inferir por lo que yo padezco, que sin duda es mas trabajoso y mas aporreado y mas hambriento y sediento, miserable, roto y piojoso, porque no hay duda sino que los caballeros andantes pasados pasaron mucha mala ventura en el discurso de su vida. Y si algunos subieron á ser emperadores por el valor de su brazo, á fe que les costó buen porqué de su sangre y de su sudor: y que si á los que á tal grado subieron les faltaran encantadores y sabios que los ayudaran, que ellos quedaran bien defraudados de sus deseos y bien engañados de sus esperanzas. (...)"

Extraído del CAPÍTULO XIII de la PRIMERA PARTE de "DON QUIJOTE DE LA MANCHA", de MIGUEL DE CERVANTES SAAVEDRA


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