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sábado, 30 de abril de 2016

Los políticos, reflejo de los ciudadanos


   Esta semana se ha confirmado que España tendrá que volver a pasar por las urnas para poder tener un gobierno, toda vez que los políticos han sido incapaces de gestionar los resultados de las últimas elecciones generales del 20 de diciembre de 2015 de una manera responsable.

Esta nueva convocatoria electoral es vista por una mayoría de ciudadanos como una manifestación (una más...) de la inutilidad de los políticos, a los que se les acusa de estar solo preocupados por sus intereses egoístas y no por el bienestar del país, y se les reprocha no haber encontrado una salida constructiva a la situación de bloqueo a la que los resultados de las últimas elecciones nos abocaron.

Pero mucho me temo que esta crítica es injusta. Y lo es no porque los políticos no se la merezcan, que sí es el caso (porque efectivamente son egoístas e inoperantes), sino porque nos olvidamos de que en realidad si la clase política ha actuado de esa manera es porque el común de los ciudadanos esperaba y demandaba que lo hicieran exactamente de esa forma, y no les habría perdonado que hubieran hecho una cosa distinta.

Muchos pensarán que exagero, pero no es así. ¿O es que alguien puede seriamente defender que el país habría sido capaz de digerir una solución de pacto sin atragantarse o sin sufrir un cólico nefrítico colectivo?

¿Habrían aceptado los votantes del PSOE que su líder, Pedro Sánchez, hubiera estado dispuesto a plegarse a las exigencias de Podemos y de los independentistas catalanes y vascos para llegar a la Moncloa? ¿O acaso preferían una gran coalición con el PP?

En cuanto a los votantes del PP, ¿hubieran transigido con que Mariano Rajoy hubiera renunciado a La Moncloa a cambio de un hipotético gobierno de concentración? ¿y con ministros socialistas en el Ejecutivo?

Y otro tanto se puede decir de Podemos...

Porque estoy convencido que ni los votantes socialistas, ni los populares, ni los de Podemos lo habrían tolerado. Por eso tanto el PP como el PSOE y Podemos han dinamitado cualquier alternativa distinta a la repetición de las elecciones tras los resultados del 20 de diciembre. Y lo ocurrido en estos meses no ha sido en realidad otra cosa que una pantomima en la que cada cual trataba de salvar los muebles y quedar bien frente a su parroquia.

Los políticos españoles no son el origen del problema, sino, por el contrario, el reflejo de la sociedad maniquea, cerril, intransigente y sectaria en que se ha convertido España. Es completamente falso que en este país queramos acuerdos y consensos, porque en realidad lo que demandamos es imposición, intransigencia, rigidez, y aislamiento del que piensa diferente.

Y mientras las cosas sigan siendo así no tendremos remedio, y continuaremos presos de nuestro carácter mezquino, envidioso y autodestructivo.

Pobre España...


1 comentario:

  1. Por una vez y sin que sirva de precedente, suscribo totalmente el contenido del post, desde el inicio hasta el final.

    Así somos realmente los españoles y mientras no nos demos cuenta de ello e intentemos poner remedio, mal vamos.

    David Caridad.

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Comentarios: