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miércoles, 22 de febrero de 2017

Vasili Grossman: la verdad



   "La verdad es sólo una. No hay dos verdades.

Sin verdad, o bien con fragmentos, con una pequeña parte de la verdad, con una verdad sesgada y posada, es difícil vivir. Una verdad parcial no es una verdad.

Dejemos que en esta maravillosa y silenciosa noche reine en el alma la verdad, sin máscaras. Restituyamos a los hombres, por esta noche, la bondad, la grandeza de sus duras jornadas de trabajo..."

Del capítulo 18 de la TERCERA PARTE de "Vida y destino", de Vasili Grossman, (1905-1964).


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La vida es un camino que siempre empezamos a recorrer con una ilusión naif, llenos de sueños y de proyectos, creyéndonos especiales y dotados de una capacidad absoluta para alcanzar cualquier meta que nos propongamos. La existencia entonces se nos aparece como una página en blanco lista para que empecemos a escribirla, porque todo parece posible, y todo está al alcance de la mano con solo desearlo.

Pero luego el tiempo pasa, y la realidad paulatinamente nos va domesticando. Y comienza un proceso inexorable de aclimatación a las circunstancias, y tenemos que aprender a convivir con los miedos, los condicionantes, los fracasos, las convenciones, los chantajes y las obligaciones. La ilusión naif y los sueños se nos van secando poco a poco, y aunque parece que nos hemos hecho más adultos, más razonables y más sensatos, en realidad lo que ocurre es que nos hemos ido dejando jirones de alma por las esquinas, la hoja en blanco del principio se ve emborronada y llena de tachones, y los fantasmas de las personas y las oportunidades perdidas se nos aparecen a traición en cada esquina.

Entonces se llega a la encrucijada y hay que decidir cómo seguir.

Porque uno puede optar por instalarse en la autocompasión estéril, añorar el tiempo perdido, anhelar los sueños frustrados, y pasarse el día sumergido en la fantasía cruel de lo que pudo ser y no fue.

Pero también uno puede hacerle frente a la realidad, aprender a convivir con la mediocridad, mirar con indulgencia tanto a los otros y como a uno mismo, hacer todo lo posible por disfrutar lo bueno que a pesar de todo nos ofrece la vida, y así aceptar con deportividad la auténtica verdad de las cosas...


2 comentarios:

  1. Bonita reflexión. De la que me quedo sobre todo con el último párrafo. No porque todo lo anterior no pueda ser absolutamente sincero (creo que lo es) sino porque es una reflexión cargada de melancolía y, quizás, también algo de decepción, que prefería que no existiera.

    En cuanto a la cita inicial: "La verdad es solo una, no hay dos verdades", siento no estar de acuerdo con Vasili Grossman.

    Es cierto que toda la Lógica Formal se desarrolló a partir del Axioma del Tercio Excluso, propuesto y formalizado, nada más y nada menos, que por Aristóteles. Ese principio afirma que la disyunción de una proposición y de su negación es siempre verdadera. Es decir, una cosa es o no es. ¡Toda la Lógica Clásica está basada en esto!

    Pero en el siglo pasado surgió una nueva lógica, a la que llamaron Lógica Difusa, y también Lógica Borrosa. La clave de esta "nueva lógica" se basa en admitir que siempre existe un cuantificador de cualidad para nuestras inferencias.

    Es decir, según la Lógica Difusa, una cosa puede ser "Verdadera", "Muy Verdadera", "Algo Verdadera", "Poco Verdadera", . . . En definitiva, las cosas pueden ser, o no ser, . . . ¡o vaya usted a saber!

    En fin, no quiero ponerme demasiado paliza con este tipo de cosas filosóficas con las que me "machacaban" cuando yo estudiaba Lógica en cuarto de Matemáticas.

    Un placer leerte Carlos. ¡Como siempre!

    Manolo

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