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jueves, 19 de noviembre de 2015

París 13N. ¿Otra vez No a la Guerra?



   Solo han pasado unos días desde los atentados yihadistas de París de la noche del 13 de noviembre de 2015 cuando la izquierda radical española, descolocada políticamente por la reacción social generalizada de apoyo a Francia y a sus valores de Libertad y Democracia, ya ha empezado a desempolvar el "No a la Guerra".
 
En 2015 tras el 13N en París, como en 2001 tras el 11S en Nueva York, o en 2004 tras el 11M en Madrid... La misma línea argumental demagógica y la misma renuncia a defender la sociedad occidental y sus valores, a pesar de que esa izquierda radical solamente florece en Occidente, precisamente porque es aquí donde se dan las condiciones de Libertad y Democracia que le permiten desarrollarse y que el terrorismo quiere destruir.
 
La izquierda radical quiere ser la conciencia crítica que transforme esta sociedad occidental liberal y burguesa. Pero mientras esa transformación llega, si es que llega algún día, no moverá un dedo para proteger a nuestra sociedad y nuestro modo de vida, aunque,  eso sí, seguirá viviendo a cuenta de lo que esta misma sociedad le ofrece y le garantiza, a golpe de subvención, de gasto público y de subsidio…
 
El problema es que quienes defienden ahora este nuevo “No a la Guerra” se olvidan de que el Estado Islámico no es una ONG, sino un movimiento yihadista capaz de violar y convertir en esclavas sexuales a las mujeres yazidíes, o dinamitar las ruinas de Palmira, o asesinar a los homosexuales por el mero hecho de serlo. Pero no hay mucha originalidad en todo esto; estos progresistas de salón recorren un camino que ya otros marcaron, y siguen la estela de sus hermanos mayores, que en 2011 no quisieron ver a las mujeres en Kabul enclaustradas tras un burka o apedreadas por ser consideradas adúlteras después de haber sido violadas, ni a los Budas de Bamiyán destrozados a cañonazos, ni al fanatismo y el odio a Occidente inculcado a los adolescentes en las madrasas de Herat y Kandahar; los mismos que en 2004 no quisieron ver cómo se estaba violentando a la sociedad española al manipular una jornada de reflexión previa a unas elecciones generales, para así torcer la voluntad de la ciudadanía en un ejercicio más propio de un golpe de estado que de una democracia parlamentaria.
 
En última instancia no deberíamos olvidar que los que mandan en Raqqa y en Mosul, los chicos del Estado Islámico, no son precisamente receptivos a los puntos de vista de los políticos progresistas, ni a los argumentos de las feministas militantes, ni a los discursos de los pacifistas bienintencionados… y que tampoco suelen ablandarse por más velas que se enciendan o más ramos de flores se depositen en las plazas públicas.

3 comentarios:

  1. A pesar de que no estoy en contra de defender, de la manera que haga falta, los “Valores de Occidente”, creo que este texto contiene una afirmación que ofende a mi inteligencia.

    Antes de nada, insisto que no soy partidario de permanecer con los brazos cruzados ante un grupo de indeseables terroristas, contra los que hay que actuar como sea oportuno y conveniente. ¡Quede eso claro! Pero eso no da derecho a tergiversar la historia diciendo algo tan disparatado como:

    “Los mismos que en 2004 no quisieron ver cómo se estaba violentando a la sociedad española al manipular una jornada de reflexión previa a unas elecciones generales, para así torcer la voluntad de la ciudadanía en un ejercicio más propio de un golpe de estado que de una democracia parlamentaria.”

    Me parece una afirmación inaceptable, cuando lo que en realidad pasó en aquella fecha fue que el gobierno en funciones, en un acto de deslealtad al pueblo español, mintió de forma bellaca, intentando ocultar una realidad que no podía ser más evidente.

    Afirmar que la reacción del pueblo ante ese comportamiento desvergonzado y traidor por parte del gobierno es “violentar a la sociedad española” y “manipular una jornada de reflexión” me parece inadmisible.

    Quien realmente intentó violentar a la sociedad española fue el gobierno, al que no le importó en absoluto hacer un rotundo ridículo internacional, con tal de retener un poder que, sin ninguna duda, no merecía al adoptar un comportamiento tal vil.

    Es más, lo que aquí realmente pasó fue que al gobierno no le preocupaba en absoluto detener a los auténticos culpables de un acto terrorista, tan grave, o incluso más, que el que acaba suceder en París. Lo único que les importaba era que aquello no influyera negativamente en su campaña electoral y para ello no tuvieron escrúpulos en intentar “despistar” a todo el mundo falseando una realidad. ¡Un comportamiento realmente indigno, inmoral e incluso delictivo!

    ¡Me irrita recordar aquello! . . . Así que mejor me callo.

    Manuel

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  2. Hola Manolo,

    Muchas gracias por tu comentario y tus opiniones.

    Siento que la frase que mencionas te haya irritado tanto, y lo siento sobre todo porque si te ha causado la sensación que explicas quiere decir que yo me he expresado muy mal.

    Porque cuando escribo que en el 11M de 2004 "se estaba violentando a la sociedad española al manipular una jornada de reflexión previa a unas elecciones generales, para así torcer la voluntad de la ciudadanía en un ejercicio más propio de un golpe de estado que de una democracia parlamentaria" me refiero a los terroristas que pusieron las bombas en los trenes, porque estoy convencido de que si los atentados fueron precisamente tres días antes de las elecciones del 14 de marzo fue porque se buscaba específicamente manipular el resultado de esas elecciones.

    Cosa distinta (y estoy completamente de acuerdo contigo) es que el gobierno de entonces se comportara de forma desvergonzada cuando pretendió a su vez aprovecharse políticamente de los atentados endosándole su autoría a ETA para sacar tajada electoral.

    Sin embargo lo dicho tampoco nos debe hacer olvidar que la oposición de entonces (y entiendo que esto sí me lo aceptarás) respondió a la desvergüenza del gobierno con su propia dosis de desvergüenza, convocando manifestaciones de acoso ante las sedes del partido del gobierno, vulnerando la jornada de reflexión, y prácticamente acusando al gobierno de ser el responsable directo de la muerte de las víctimas de los atentados, cuando en realidad los únicos asesinos en toda esta historia fueron los terroristas que pusieron las bombas, los que les dirigieron y los que les ayudaron.

    En fin, y para terminar, que siento haberme expresado mal, y en adelante intentaré ser más preciso, sobre todo con temas tan delicados como este.

    Un abrazo,

    Carlos

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  3. Querido Carlos,

    No había leído tu respuesta hasta este momento.

    Lo primero decirte que lo que me saca de mis casillas es el comportamiento de aquel gobierno, no tú comentario.

    Me molesta mucho que me quieran tomar por tonto. Ya lo dije antes, me parece un insulto a mi inteligencia, en realidad a nuestra inteligencia (a la de todos los españoles): Ya sabes que se intentó manipular a los medios de comunicación; se dieron instrucciones a las embajadas; se usaron todos los recursos del Estado para engañar al pueblo; ¡para engañar al mundo entero! . . . todavía hoy en día hay manipuladores mediáticos que afirman, sin caérseles la cara de vergüenza, que en aquel atentado hubo implicaciones, no de ETA, ¡de la policía y de la oposición! Realmente es bochornoso. Siento vergüenza ajena al leer o escuchar esas cosas.

    Me gustaría creer que cuando dices: “los terroristas que pusieron las bombas, los que les dirigieron y los que les ayudaron” no estés tú también pensando en confabulaciones islámico-policiaco-socialista.

    Es como si alguien dijera en Francia que los terroristas que se inmolaron en París estaban coaligados con la policía francesa y con la oposición al gobierno Manuel Carlos Valls. . . ¡es algo tan absurdo! . . . por cierto, te has dado cuenta que nombre tan bonito: ¡Manuel Carlos!

    ¿De verdad alguien puede sólo imaginar a miembros de la policía española, o de algún partido político español, coaligados con los terroristas que hicieron aquella salvajada?

    Dicho eso, creo que las manifestaciones que se celebraron en aquella trágica jornada de reflexión no fueron más que una reacción, natural y comedida, ante aquel brutal intento de manipulación ... ¿te acuerdas de lo que se gritaba en la manifestaciones? … Te lo recuerdo yo, se gritaba: “¿Quién ha sido?”, “¿Quién ha sido?”, . . . ¡por favor, que imagen más patética dimos ante todo el mundo!

    Un abrazo.

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