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domingo, 10 de enero de 2016

La izquierda está enferma de secesionismo


   La izquierda española en general, y el socialismo en particular, que en teoría una vez creyó en la igualdad, la solidaridad y la fraternidad como valores y principios de su acción política, lleva décadas coqueteando con los nacionalismos periféricos, probablemente como una forma de lavar su mala conciencia por la parálisis de su acción política durante los 40 años de gobierno de Franco en España. 

Solo así puede explicarse que, muerto el general en noviembre de 1975, la izquierda, que no hizo prácticamente nada por combatir su régimen autocrático (de hecho, mal que les pese, Franco ganó una guerra civil, gobernó durante décadas sin oposición relevante, fue libre para elegir quién sería su sucesor y qué régimen político tendría el país cuando él ya no estuviera, y cuando le llegó su hora no fue de manera violenta o víctima de revolución alguna, sino que murió en la cama, tan solo torturado por su yerno y su conciencia...), decidiera echarse intelectualmente en brazos de aquellos que ponían en cuestión el modelo de estado, y aún la propia existencia de España como nación, y empezara a defender conceptos tales como la descentralización administrativa, la autonomía de las regiones, los derechos históricos de los territorios, o los regímenes forales.

El problema es que esta izquierda nuestra, con su radical giro ideológico, aparcó la defensa de la igualdad y la solidaridad entre todos los españoles, y además se convirtió en cómplice del constante incremento de las reivindicaciones de los nacionalismos periféricos, que un día pedían la cooficialidad del catalán, el vascuence y el gallego en Cataluña, el País Vasco y Galicia respectivamente, para al minuto siguiente pretender ya erradicar al español del sistema educativo y la vida pública de estas autonomías, o que empezaban hablando de la deuda histórica del centralismo para con sus respectivos territorios, pero a continuación reclamaban ya sin rubor sistemas de financiación asimétricos, cortapisas a la solidaridad, balanzas fiscales. o simplemente impuestos propios y exclusivos.

Así, los años fueron pasando, el país se fue resquebrajando poco a poco, y cada vez lo que nos unía fue menos (hay quien dice que desde la Transición los únicos elementos compartidos por todos los españoles han sido la selección española de fútbol y El Corte Inglés, y ni siquiera eso es hoy en día ya del todo válido...), y las nuevas generaciones de ciudadanos de las autonomías periféricas fueron creciendo en el odio y el desprecio a España y a todo lo español.

De esta forma llegamos al día de hoy, cuando, por una parte, el desafío del nacionalismo se ha convertido en el caso de Cataluña en la amenaza en toda regla de ruptura con España mediante una secesión ilegal, y, por otro lado, el devaneo de la izquierda española en general, y del socialismo en particular, con ese mismo nacionalismo periférico catalán, ahora ya lisa y llanamente separatista y sedicioso, le lleva a propugnar la reforma de la constitución para garantizar el encaje de Cataluña en el Estado mediante la puesta en marcha una España federal (¿pero alguien sabe a ciencia cierta qué quieren decir con esto?), cuando no a defender un supuesto derecho a decidir del que sería titular el pueblo catalán (con lo que de un plumazo, se fracciona y se quiebra la soberanía nacional del pueblo español), o a aspirar tras las últimas elecciones a llegar al gobierno mediante una coalición de izquierdas, que solo seria posible con el apoyo y la participación de fuerzas políticas que propugnan la secesión de Cataluña.

Y, sin embargo, en esta hora crucial para España, si todavía hay alguien con sentido común y con amor a la Patria en la izquierda española en general, y en el socialismo en particular, debería recordar que un día la igualdad, la solidaridad y la fraternidad fueron los valores y principios de su acción política, y que para garantizarlos no le queda otra que deshacer el camino andado en las últimas décadas, y dejar de una vez de actuar como comparsa y escudero de los nacionalismos periféricos.

Pero si pensar en valores y principios no fuera suficiente, la izquierda debería al menos revisar críticamente cuál ha sido la evolución de su apoyo social en las casi cuatro décadas de democracia tras la muerte del general Franco, y cómo le ha ido electoralmente con su coqueteo con los nacionalismos periféricos. Y si hiciera este análisis, la izquierda vería claramente lo negro que sería su futuro político si el desafío del nacionalismo periférico triunfara y, por ejemplo, la secesión de Cataluña del resto de España fuera una realidad. Porque si esa amenaza se materializara y Cataluña se separara de España, es posible que la izquierda no volviera a alcanzar el poder en nuestro país durante décadas.

Y si alguien no lo ve claro, basta con que eche un vistazo a cuál sería la composición del Congreso de los Diputados con, por ejemplo, los resultados de las últimas elecciones si excluyéramos a Cataluña de la ecuación electoral. Y es que entonces el panorama resultante sería el de un país bastante distinto, en el que por ejemplo una coalición de la derecha y el centro podría articular sin problemas una mayoría de gobierno, y en el que los populismos de izquierda ya no tendrían fuerza para condicionar la vida política:

Análisis de los resultados de las elecciones del 20.dic.2015 en España (elaboración propia).

Vamos, que si no es por patriotismo y por ideas, que sea al menos por oportunismo político y cálculo electoral, pero a la izquierda en general, y al socialismo en particular, más le valdría dejar de actuar como escudero y comparsa del nacionalismo periférico y volver tener a la igualdad, la solidaridad y la fraternidad como valores y principios de su acción política. Mejor le iría así a la izquierda y, sobre todo, mejor nos iría a España y los españoles.


6 comentarios:

  1. Antes de nada: La rosa marchita me ha impactado, casi diría que me ha dolido.

    A pesar de todo, tengo que reconocer que es absolutamente cierto que la izquierda española "lleva décadas coqueteando con los nacionalismos periféricos". ¡Una verdad como un templo!

    Pero discrepo en cuanto a que ese coqueteo sea debido a la necesidad de lavar su mala conciencia por lo que pasó hace cincuenta años. ¡Ya nadie se acuerda de eso! Más bien creo que el motivo real ha sido por pura y simple aritmética electoral.

    Tanto a nivel nacional como autonómico, los números no salían sin que: (1) El PSOE hicieran guiños a los partidos nacionalistas; y sin que (2) el PSX demostrara que era casi tan nacionalista como los nacionalistas de la autonomía X.

    Si reconocer eso me ha costado, lo que voy a reconocer ahora me va a costar aún más: También firmo que estos lodos vienen de los polvos de la transición. Qué no fue tan ejemplar como hemos querido pensar durante mucho tiempo. ¡También lo admito!

    Lo que no comparto en absoluto es ese feeling franquista que parece percibirse en el segundo párrafo de tu post. ¡Cualquier cosa es preferible a aquello! ¡Cualquier cosa!

    Otra vez vuelvo a estar de acuerdo contigo en que el PSOE "aparcó la defensa de la igualdad y la solidaridad entre todos los españoles, y además se convirtió en cómplice del constante incremento de las reivindicaciones de los nacionalismos periféricos". ¡Es verdad! Tienes razón.

    Pero se te olvida que no fue el PSOE el único partido que hizo tal cosa. No te olvides de los que hablaban catalán en la intimidad, ni de los que llegaron a utilizar el término "Movimiento de liberación" para hablar de la ETA.

    Lo que pasa es que nuestra case política (toda ella) es patética. Me temo que ahora me dirás que los pueblos tienen siempre lo que se merecen y, aunque eso me parece una brutalidad ultra-liberal en según qué casos, admito que en esta ocasión sí puede argumentarse que el pueblo español tiene la clase política que se merece.

    Desde mi punto de vista izquierdoso (lo reconozco) también yo pienso que "las autonomías periféricas fueron creciendo en el odio y el desprecio a España y a todo lo español". Eso ha sido la consecuencia de que tanto PP como PSOE no hayan tenido ningún reparo en ceder el control de los colegios a cambio de los votos necesarios para gobernar durante cuatro miserables años: ¡Pan para hoy y hambre para mañana!

    Por eso tengo que darte la razón, aunque me duela, cuando oigo frases ambiguas que, conociendo el percal como le conozco, me huelen a chamusquina. No quiero caer en la tentación del "y tú más", así que tengo que ir contra mí mismo y reconocerlo. Te aseguro que siento vergüenza cuando sé que buena parte del PSOE se plantea, una vez más, cambiar los escaños necesarios para formar gobierno por ceder cosas que no se pueden ceder. Me refiero a la soberanía nacional.

    Lo que no me gusta, porque me parece un contra sentido, es que hagas cuentas de "los resultados de las últimas elecciones si excluyéramos a Cataluña de la ecuación electoral".

    Por cierto, si desagregamos los escaños de Podemos tal cómo haces en análisis de los resultados de las elecciones del 20D, el ganador de la porra voy a ser yo.

    Un abrazo.

    Manolo

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  2. Hola Manolo.

    Muchas gracias por tu comentario.

    Además está vez me gusta ver que estamos sustancialmente de acuerdo.

    Un abrzo.

    Carlos

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  3. Coincido y discrepo en ciertos puntos. A saber:

    1.- A mi lo de la rosa, a diferencia de Manolo, me ha dejado bastante frío.

    2.- Lo que si me ha impactado ha sido lo de que "la izquierda, que no hizo prácticamente nada por combatir su régimen autocrático". Puedo entrar a debatir si la oposición de aquella época fue adecuada o incluso insuficiente, pero decir que nada se hizo por combatir el régimen, creo que es faltar claramente a la verdad. Y perdón por anticipado pero lo de “en esta hora crucial para España” me ha sonado un pelín trasnochado y rancio.

    3.- Coincido contigo en no tener muy claro que eso de "la España federal". Y como nuestros queridos políticos tampoco lo explican a nivel entendible pues…. La duda nos corroe.

    4.- También coincido en que el “coqueteo” de la izquierda con los nacionalismos ha sido, es y será puramente por oportunismo electoral. La misma que utilizo en su día nuestro querido amigo Ansar, como bien recuerda Manolo.

    5.- Lo de la echarle la culpa a la “fallida Transición” del problema nacionalista esta muy de moda pero a mi ni me convence ni creo que sea justo. La Transición fue la que fue y posiblemente mucho más de lo que algunos querrían que hubiera sido. Lo que si creo, es que su resultado practico, o sea, la Constitución de 1975, es claramente mejorable. Y no creo yo que a los “Padres de la Constitución” se los pueda tildar de “peligrosos radicales”.

    6.- Personalmente y sin que nadie se ofenda, pero esto de la “soberanía nacional del pueblo español” me empieza a cansar y mucho. Que yo tenga conocimiento (corregirme si me equivoco) los dos únicos territorios en países democráticos que han querido independizarse han sido Quebec (larga trayectoria independentista) y Escocia. En los dos territorios se ha acabo con el problema de secesión realizando una consulta democrática en los respectivos territorios y SOLO en los territorios afectados. Los “secesionistas” perderían toda su legitimidad, cuando en una consulta democrática no llegarán a obtener ni al 50% de los votos emitidos. Ahí se acabaría el problema. A las pruebas me remito.

    Para terminar, mencionar que el otro día leí un articulo que decía que si la mayores empresas radicas en Cataluña no tributan a la futura “hacienda catalana” la independencia sería inviable. ¿Vosotros creéis que Gas Natural, Volkswagen, Planeta, Bayer, Abertis, CaixaBank, Banco Sabadell, etc estarían dispuestas a poner en peligro sus negocios?

    Un abrazo.

    David Caridad.

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  4. Hola David,

    Gracias por tu comentario.

    Veo que en esta ocasión coincidimos bastante en lo comentado en este post.

    Sin embargo, déjame hacer un par de matizaciones a lo que dices:

    - En cuanto a si la izquierda luchó o no contra el régimen de Franco, y sin pretender establecer una competición dialéctica, déjame recordar que en Portugal o en Grecia los regímenes autoritarios cayeron de forma abrupta, pero en España, como en Chile por ejemplo, fue el propio régimen el que estableció los mecanismos de su evolución, y fue su élite política quien los puso en práctica. De hecho, aquí en España se dio una transición (no una revolución) a la democracia que fue diseñada por un franquista (Torcuato Fernández Miranda) y que seguidamente puesta en marcha por otro franquista (Adolfo Suarez), todo ello bajo la jefatura del estado de un Rey que a su vez que había jurado lealtad a los Principios del Movimiento Nacional. Por tanto, está claro que la democracia en España no fue consecuencia de la acción política de la oposición de izquierdas al régimen de Franco (quizá podría haber sido así, y hasta habría sido bonito que fuera así... pero no fue así).

    - En lo que se refiere a la cuestión de la Soberanía Nacional, no hablaré del caso de Canadá porque no lo conozco mucho (aunque tengo entendido que los referendums de Quebec nunca tuvieron validez legal porque fueron unilaterales, y si hubiera salido que sí el Gobierno Federal no los habría aceptado), pero en lo que se refiere al Reino Unido tienes que tener presente que no es una nación unificada sino el fruto de la unión de naciones preexistentes que decidieron integrarse (en el caso de Escocia mediante el Acta de la Unión de 1707), que siempre ha mantenido, al menos teóricamente, la soberanía de las partes integrantes, y que éstas incluso han conservado siempre los signos distintivos de su soberanía (Escocia e Isla de Man, por ejemplo, siempre han emitido sus propia moneda, que es distinta que la libra esterlina, aunque tenga paridad 1:1). Por tanto el caso de Escocia no es en absoluto comparable con el de Cataluña.

    Un abrazo,

    Carlos

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  5. A propósito de lo que hablábamos: "El PSOE cede cuatro senadores, dos a ERC y otros dos a la nueva CDC, para que puedan formar grupo en el Senado".

    ¡Me rasgo las vestiduras!

    En cuanto al fin del Franquismo: En efecto, la situación española en aquel momento era muy delicada, porque no hubo ruptura sino transición y, fruto de aquella larga y compleja negociación todos cedieron. Pero, viendo las cosas con perspectiva, hubo dos claros ganadores: los separatistas catalanes y los separatistas vascos. ¡Ese fue el gran error!

    En cuanto a la "soberanía nacional", a mí también me parece un término que comienza a aburrir. Por eso prefiero hablar simplemente de España.

    España es un "invento" romano y existe desde hace veintitantos siglos y da la casualidad de que yo me siento identificado con ese "invento". Me siento español.

    Geográficamente es una realidad innegable.

    Si bajara un extraterrestre a la tierra y le dijeras divide a Europa en naciones: España (Portugal incluida) sería una de las más claras. Aunque apuesto vacas contra pajaritos a que si le dijéramos a ese mismo extraterrestre divide al mundo en naciones, Europa sería una y sólo una nación.

    Lo mismo pasa culturalmente. Por aquí han pasado tropecientos pueblos invasores, pero todos ellos han terminado integrándose en una cultura con grandes contrasentidos y manifiestamente mejorable, pero que es la nuestra: Al menos es la mía. Es mi cultura lo que está en juego.

    Me parece más que evidente que España no es comparable ni con Canadá ni con el Reino Unido. No merece la pena perder mucho tiempo en algo tan obvio.

    En cuanto al referéndum en Cataluña, me parece increíble que haya gente que no lo vea como lo que es: ¡un delito! Tenemos unas leyes, democráticamente aprobadas, y saltarle la ley es simple y llanamente un delito.

    Pero no sólo es eso: No quiero que mi pierna izquierda decidan unilateralmente sobre todo mi cuerpo. ¡Especialmente cuando desde la rodilla hasta los pies quieren formar un cuerpo separado, pero desde la rodilla hasta los . . . digamos hasta la ingle, se sienten una parte indisoluble de mi mismo!

    Besos y abrazos.

    Manolo

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  6. Rectifico:

    No es que desde la rodilla hasta los pies se quieran separar de mi cuerpo, que eso todavía tendría cierto sentido.

    Sería una estupidez, porque yo me quedaría cojo y el nuevo cacho de cuerpo independiente no sería más que una insignificancia en el mundo de las personas completas.

    En todo caso esa sería una estupidez estudiable.

    Pero no es eso.

    No se quiere separar de mi cuerpo la parte baja de mi pierna: ¡Se quieren separar unas moléculas de la pierna sí y otras moléculas de la pierna no!

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