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viernes, 21 de diciembre de 2018

El invierno del desconcierto


           "El invierno", de Giuseppe Arcimboldo (Milán, 1527-1593)

Invierno de 2018.

Madrid se ha convertido en una ciudad agobiante en manos de una pandilla de iluminados que dedican su tiempo a regular nuestra vida, recortar la libertad, y jugar a ser aprendices de brujo en materia de ingeniería social.

España es una nación arrodillada, atrapada entre el populismo sectario de la izquierda radical, los ataques constantes del golpismo independentista, y la humillación a la que la somete el advenedizo que ha okupado por la puerta de atrás el Palacio de la Moncloa y que nos ha demostrado que es capaz de todo con tal de conservar el sillón de presidente del gobierno a cualquier precio.

Europa se ve sacudida por vientos de cambio, y una nueva política cada vez con menos complejos aspira a poner punto final a décadas de buenismo naif, de multiculturalismo mal entendido y de relativismo moral, aunque todavía carece de la fuerza necesaria para sustituir lo viejo por lo nuevo.

Estados Unidos lucha por conservar la supremacía mundial con una mezcla de pragmatismo, agresividad y proteccionismo, frente a una China que ya no esconde su vocación de liderazgo, y que aspira a convertirse en la potencia dominante del siglo XXI, y una Rusia que añora su pasado imperial.

Y mientras tanto la vida con minúsculas sigue adelante, y la gente corriente se levanta cada mañana, respira, se esfuerza, intenta amar y ser amada, rumia su soledad, se reinventa, sigue adelante, odia, sueña, ansía, perdona y pide perdón, echa de menos, a veces reza, desea, se equivoca, llora su abandono, añora a los ausentes, maldice, se asombra, se lame las heridas, pelea, ríe... y por encima de todo tratar de vivir en este mundo loco y en estos tiempos extraños que nos han tocado en suerte...