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viernes, 20 de agosto de 2021

Orgulloso de Hispanoamérica



(Mural Retablo Independencia de México (Detalle) - Juan O´Gorman 1960-1961 - Castillo de Chapultepec)


En el presente año 2021 se conmemora el quinto centenario de la toma de la ciudad de Tenochtitlan por parte de Hernán Cortes, lo que supuso el final del imperio azteca y el nacimiento del virreinato de la Nueva España dentro de la América Española, y también el segundo centenario de las independencias de México y El Perú, dos de las principales naciones hispanoamericanas.


como ya viene siendo habitual últimamente, estas efemérides han dado lugar a declaraciones públicas de líderes de ambos países manifestándose en contra de las raíces y la herencia hispana de sus respectivas naciones.


Andrés Manuel Lopez Obrador, presidente de México, con su ya bien conocido victimismo revisionista antiespañol, se ha permitido exigir al Rey de España que se disculpe por la Conquista de América llevada a cabo por sus antepasados hace más de quinientos años debido a que, según la interpretación de la historia que hace el señor López Obrador, el descubrimiento, conquista y colonización de América por parte de los españoles constituyó un genocidio.


Por su parte Pedro Castillo Terrones, el recientemente elegido presidente del Perú, utilizó su discurso de toma de posesión en Lima y la asistencia al acto de Felipe VI para denostar las raíces hispanas del país, reivindicar una supuesta idílica armonía entre el imperio Inca y los otros pueblos a los que dominaba (que en realidad nunca fue tal...) hasta que llegaron los españoles, y también aprovechó para hacer pública formalmente su decisión de no gobernar el país desde la Casa de Pizarro, tradicional sede de la presidencia del Perú, para de esta manera hacer visible su decisión de romper con el pasado colonial español.


De entrada llama poderosamente la atención que semejantes diatribas tan contrarias a todo lo hispano procedan precisamente de unos señores cuyos apellidos son "López Obrador" y "Castillo Terrones ", que precisamente no son aztecas o incas, sino más bien castellanos de pura cepa...


Pero es que además al escuchar las quejas de López Obrador y Castillo Terrones a uno le surgen algunas dudas.


¿Les habría gustado a estos señores que el descubrimiento de América por los españoles nunca se hubiera producido y que, por tanto, los habitantes de Hispanoamérica vivieran hoy como los aborígenes de Australia, los nativos de Papúa Nueva Guinea o los bosquimanos del Kalahari? 


¿O acaso es que Andrés Manuel López Obrador o Pedro Castillo Terrones, si pudieran, habrían preferido que los pueblos originarios de México o El Perú, en vez de "sufrir el yugo español", hubieran acabado como los Mohicanos, los Algonquinos, los Delaware o los Semínolas de América de Norte? Porque Mohicanos, Algonquinos, Delaware o Semínolas fueron pura y simplemente exterminados y borrados de la historia para siempre, mientras que los Mayas, los Quiches, los Quechuas o los Aimaras, si bien es cierto que sufrieron el impacto de la colonización española, también vieron su cultura preservada para la posteridad gracias a intelectuales españoles, sus derechos humanos reconocidos por parte de juristas españoles, a sus hijos vacunados por médicos españoles, y sus élites intelectuales educadas en universidades fundadas por los españoles a lo largo de toda la América Hispana.


Y es que el presidente Andrés Manuel López Obrador a quien debería exigir disculpas por el estado actual de la sociedad mexicana no es al Rey de España, sino más bien a sus propios antepasados y a los descendientes de Hidalgo, Iturbide, Santa Anna, y demás próceres de la nación, que traicionaron a España y a su Rey para luego, en pocas décadas, dilapidar los logros de 300 de pertenencia de México a España, regalar la mitad del país a los gringos, y convertir a los mexicanos al norte de Río Bravo en siervos de los anglosajones en su propia tierra.


Y lo mismo cabe decir del presidente Pedro Castillo Terrones, porque la lista interminable de golpes de estado de la historia de su país, las sucesivas bancarrotas, la subordinación neocolonial a los intereses británicos o norteamericanos, o las insoportables injusticias sociales en los doscientos años de historia de El Perú independiente no son herencia de los españoles o de la Hispanidad, sino responsabilidad exclusiva de los propios peruanos.

 

¿Hasta cuándo la intelectualidad y las clases dirigentes de Hispanoamérica seguirán comprando la mercancía ideológica averiada de las universidades norteamericanas y asumiendo las mentiras del mundo anglosajón, que les castra culturalmente y que destruye sus raíces, a la vez que practica la más descarada hispanofobia?

 

 

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