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martes, 22 de agosto de 2023

Entre el diablo y el apocalipsis






En las elecciones generales del pasado 23 de julio de 2023 la parte de la sociedad española que se identifica con el progresismo interiorizó el argumento de que votar a Pedro Sánchez suponía hacerle frente al diablo, al fascismo, a la ultraderecha representada por VOX. Y basada en esta asunción, esa parte de la sociedad que se ve a sí misma como progresista decidió ese día votar masivamente al PSOE de Pedro Sánchez.

Sin embargo, lo que el progresismo sociológico tiene que asumir es que votar esta vez al PSOE y a Sánchez supuso convertirse en su soporte, y por tanto en el cómplice de su política. Y como la política de Pedro Sánchez se centra en perpetuarse en el poder a cualquier precio, votarle supone no solo por hacerle frente al diablo que se decía que venía, sino también avalar los pactos y componendas de Sánchez, que incluyen el echarse en los brazos de la ultraizquierda de SUMAR (antes PODEMOS), el filoterrorismo de BILDU, y el separatismo golpista de JUNTS y ESQUERRA REPUBLICANA DE CATALUNYA, cuatro formaciones políticas que en conjunto constituyen los cuatro jinetes del apocalipsis para el Estado Democrático de Derecho que desde 1978 y hasta el día de hoy ha sido España.

Muchos me dirán que mi opinión es subjetiva y parcial, y tendrán toda la razón. Sin embargo, lo que nadie me podrá negar es que mientras la naturaleza diabólica de un partido como VOX está aún por demostrar, más que nada porque hasta ahora nunca ha participado en la gobernabilidad de la nación, y por tanto tampoco ha tenido la oportunidad de rociarnos a todos con sus efluvios de infernal azufre (sean estos reales o supuestos...), y por ello hasta el momento el presunto carácter diabólico de VOX no es más que una acusación propagandística formulada por la Izquierda liderada por Pedro Sánchez y repetida machaconamente por su checa mediática, por el contrario la condición de jinetes del apocalipsis para la España democrática de la Constitución de 1978 de SUMAR (antes PODEMOS), BILDU, JUNTS y ESQUERRA REPUPLICANA DE CATALUNYA ha quedado sobradamente demostrada con los resultados de la acción de gobierno que Pedro Sánchez ha desarrollado con la colaboración inestimable de esas cuatro formaciones políticas en la última legislatura. A modo de ejemplo baste recordar casos como el abusivo estado de alarma impuesto a los ciudadanos durante la pandemia del COVID que el Tribunal Constitucional terminó declarando inconstitucional, La Ley del solo sí es sí con su rosario de reducciones de penas y excarcelaciones para miles de delincuentes sexuales, el indulto a los golpistas catalanes del 1-O que les ha permitido salir de la cárcel y de paso ahorrarse devolver el dinero público robado, la sectaria Ley de Memoria Democrática que ha dinamitado el consenso de la Transición y llega a extremo de pretender dictar a los historiadores lo que pueden opinar y lo que no sobre la Guerra Civil Española de 1936-1939, o la traición al pueblo saharaui apoyando las esperpénticas pretensiones anexionistas de Marruecos sobre el Sáhara Occidental por razones nunca explicadas.

Por todo ello ¿Se puede seriamente justificar hoy en España el pretender conjurar la amenaza del supuesto diablo, que no se ha materializado todavía, a cambio de la certeza de convertirse en cómplice del apocalipsis y de sus cuatro jinetes? A mí, sinceramente, me cuesta mucho entenderlo.

En fin, allá cada cual con su espíritu naif, sus tragaderas y su conciencia...




Detalles técnicos de la imagen: dispositivo Vivo Y72 5G, 35 mm, f/1.79, 1/371 s, ISO100.








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