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sábado, 4 de junio de 2016

España se mira el ombligo

   
   Tradicionalmente los españoles hemos sido un pueblo muy poco interesado en lo que pasa más allá de nuestras fronteras, y los acontecimientos del exterior apenas consiguen captar la atención de la mayoría de la gente.

Así, por norma general, y salvo honrosas excepciones, nos ocupamos mucho más de las cosas que ocurren en casa que de los acontecimientos del exterior, incluso aunque aquellas las más de las veces sean poco más que fruslerías de patio de colegio, mientras que estos constituyan acontecimientos destinados a tener una trascendencia capital en nuestras vidas.

Nuestros medios de comunicación son más proclives a reflejar de forma prolija la lesión de este futbolista, el romance de esa actriz, o el último posado de aquella tonadillera, siempre y cuando se produzcan en España, que cualquier noticia del exterior por más relevante que sea. Y de esta manera las guerras, las hambrunas, las injusticias y las catástrofes que ocurren en el mundo parecen no importarnos ni concernirnos en absoluto.

¿Piensan que exagero? Pues hagamos un pequeño examen para demostrarlo.

Si preguntamos a cualquiera en la calle si sabe quiénes son Belén Esteban, Cristiano Ronaldo, o el Pequeño Nicolás, ¿qué probabilidades tendríamos de obtener un no por respuesta? Pues seguro que muy pocas, ¿verdad?

Pero si lo que le planteáramos fuera qué dos personas tienen posibilidades de convertirse en presidente de los Estados Unidos en noviembre de este año, de qué signo político es el gobierno de nuestro vecino Portugal, o qué país es el primer socio comercial de España, ¿Cuánta gente creemos que respondería correctamente a las tres preguntas sin recurrir a Google? ¿Y al menos a dos? Me temo que bastantes pocas...

Y, sin embargo, el cómo evolucione la economía para que nuestros jóvenes puedan encontrar un trabajo que les permita ganarse la vida con dignidad y responsabilidad, o lo que vaya a pasar con nuestro estado de bienestar en los próximos años, o si el terrorismo internacional seguirá atacando a Europa no depende en realidad de quién gane la liga de fútbol, ni de que este o aquel político corrupto se robe unos cientos de miles de euros, ni siquiera de que Mariano Rajoy siga o no siendo presidente del gobierno de España, sino de qué política dicte el presidente de los Estados Unidos, cuál sea la política monetaria del Banco Central Europeo, o quién gane la guerra civil en Siria.

Pero nosotros seguimos más interesados en la farandulera, el futbolista, o el famosillo patrios que en lo que pasa en un mundo globalizado.

Lo dicho; el mundo gira y gira, pero mientras tanto España se mira el ombligo.



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